A finales de los años noventa, Hoshizora Ikuyo se retiró de la industria del cine para adultos para establecerse y casarse. Ella había acumulado una culpa debido a su proclividad por involucrarse en todo tipo de fetiches salvajes, pero ahora estará haciendo su gran regreso. Deseosa de liberarse de sus frustraciones sexuales, regresa a realizar la misma obra que recuerda de los viejos tiempos.